Los rayos del sol pueden hacer más daño a tu piel de lo que imaginas. La radiación solar puede causar daños irreversibles a largo plazo si no la proteges con un protector solar, ya sea mineral o químico.
Hay dos formas principales en que la exposición al sol puede dañar la salud de la piel: la radiación ultravioleta A (UVA) que acelera el proceso de envejecimiento de la piel y la radiación ultravioleta B (UVB) que quema las células de la piel. Los rayos ultravioleta del sol pueden alcanzar su piel no solo cuando está afuera, sino incluso cuando está dentro de su casa o automóvil a través de las ventanas.
“Tu piel tiene su mecanismo de defensa natural para proteger tu piel de la radiación UV en un cierto nivel. Pero no es suficiente para proteger las células de la piel de la exposición excesiva al sol, lo que puede provocar problemas de la piel a largo plazo, como manchas de la edad, arrugas, pigmentación, flacidez, aspereza, oscurecimiento y otros”, dice el Dr. Zeel Gandhi, Jefe Médico ayurvédico en Vedix.
De ahí que sea fundamental el uso diario de protector solar, que actúa como una barrera en tu piel frente a los rayos solares.
Hay dos categorías de protectores solares que puedes aplicar en tu piel: físicos y químicos. Mientras que el protector solar físico contiene minerales activos que reflejan y dispersan la radiación de la luz solar, los protectores solares químicos absorben la radiación antes de que llegue a las capas internas de la piel.